Tanto la demencia como el Alzheimer son enfermedades neurológicas, ambas son irreversibles y degenerativas.
La demencia no es una enfermedad específica, es un nombre general que describe una amplia variedad de síntomas. En la actualidad el término demencia senil se considera incorrecto pues la demencia no es resultado del envejecimiento, la demencia la pueden causar decenas de enfermedades.
La enfermedad de Alzheimer es un tipo de demencia, y aunque no es el único, si es la principal causa de demencia en el mundo. El Alzheimer es la forma de demencia más frecuente y más conocida pero no todas las personas que padecen demencia tienen la enfermedad de Alzheimer.
En el caso del Alzheimer, ésta degenera hasta provocar la muerte de la persona (en la mayoría de los casos), mientras que la demencia no es causa directa de fallecimiento.
En cuanto a las causas que pueden provocar estas enfermedades, en el caso del Alzheimer éstas son desconocidas, pero en la demencia puede ser la secuela de una infección, del consumo de drogas, de tumores, o el resultado de otras patologías como el Parkinson.
Tanto las personas con demencia como las que tienen Alzheimer, poseen una misma percepción de la realidad y sólo existen diferencias en los síntomas, dependiendo de la fase en la que se encuentre el paciente.
En conclusión, ambas se engloban dentro del término demencia pero, según su nivel de evolución, conllevan características y síntomas que las convierten en enfermedades diferentes.
El consejo principal para quienes tienen que cuidar personas con alguno de estos padecimientos es que traten de orientar al paciente a la realidad, de forma pausada y sin forzarlo, a través del refuerzo positivo, y que busquen ayuda de asociaciones especializadas en estas enfermedades para que se conviertan en su punto fundamental de apoyo que les permita hacer frente a la enfermedad.